EL MUTE CONVOCA

EL MUTE CONVOCA

Fotografía de: Iván N Navarrete.

Alrededor de la preparación del mute se convocan amigos, vecinos y familiares la víspera de la festividad, ya sea la molienda, la siembra o recolección de cosechas, la invitación a sacar una toma de agua, el piquete de difunto, el arreglo de un camino veredal, las fiestas familiares o religiosas y antiguamente los bailes de angelito. Ya reunidos se alistan los ingredientes, originarios de la región: maíz o mazorca tierna; fríjol andino o rayado; patas, cabeza y menudo de res, oveja o chivo y cebolla larga y cilantro que junto con las infaltable óchicas componen el picadillo final que se agrega al plato antes de servirlo.

Según la época del año, el mute se prepara con los ingredientes que se tengan a mano: mazorca tierna, “maíz pelao”, “maíz camiseto” o una variedad de granos que incluyen cebada, trigo y arverjas para el mute “buchepaloma”. Las diferentes clases de mute reciben su nombre del ingrediente principal que se utiliza en su preparación, los más conocidos son:

a) El mute “camiseto”: se prepara con maíz amarillo sin pelar, fríjol rojo seco y menudo, patas o cabeza de cordero, chivo o res y el picadillo que se le agrega al plato ya servido.

b) El mute de “maíz’pelao” lleva maíz pelado que previamente se ha hervido con ceniza hasta que le caiga el pellejo y fríjol rojo seco, menudo, patas o cabeza de res, chivo o cordero y cebolla y el picadillo que se le agrega al plato ya servido.

c) El mute de mazorca tierna: se prepara con mazorca tierna, fríjoles verdes, menudo, costilla o patas de res y el picadillo.

d) El mute “buche’paloma”: además del maíz o mazorca, lleva trigo, fríjol, alverja, carne o menudo y picadillo.

El mute se cocina sin sal para que los granos ablanden fácilmente, la sal se le pone al otro día cuando se termina la cocción. Como se cocina sin sal es apetecido por las brujas porque ninguna de ellas come sal. Cuando la comida queda sin sal se dice que quedó bruja.
Al acercarse la medianoche las personas ya cansadas se van a dormir, pero antes, dejan al pie de la olla las contras para espantar a las brujas que rondan la olla de mute: un plato con sal, dos cuchillos cruzados o unas tijeras abiertas.

Al día siguiente, luego agregarle la sal y el picadillo queda listo para compartirlo y para enviar el “cariño” en forma de “olladita” de mute para aquellos que no pudieron asistir al convite.

El mute es una comida que se adapta a las circunstancias y en un momento dado cualquier clase de carne puede darle sabor, así lo cuenta don Arturo Pinto: “En tiempo de la epidemia de viruela, tiempo también de la guerra de los Mil Días, a los viruelientos los desterraban del pueblo en cuarentena. La mayoría se iban para Morrocoy que es tierra un poco más caliente y allá dormían en las cuevas cerca del río, casi siempre hacían olla común. En una ocasión, hicieron un mute camiseto, sin carne porque en esa lejanía no había. A la hora de servir y de comer las personas preguntaban por qué el mute había quedado tan de buen sabor si no le habían puesto carne y cuando llegaron al fondo de la olla se dieron cuenta que lo que le había dado el sabor al mute era una culebra que estaba enrollada en el cañizo y había caído a la olla cuando el humo era más fuerte porque la olla estaba sin tapa”.

Guacamayas Memoria Tradiciones y Relatos de un Pueblo

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