Foto:HumbRios [CC BY-SA 3.0], via Wikimedia Commons
Un merecido homenaje recibieron las calabazas o zapallas cuando los combatientes cambiaron su nombre por el de victorias: “Contaba mi papá Punito que en una de las muchas batallas de la guerra de los Mil Días los liberales iban persiguiendo a los conservadores por una pendiente. Los conservadores alcanzaron a llegar a una meseta y vieron que había muchas calabazas, las cogieron, hicieron una barrera con palos en el límite de la meseta y detrás de la barrera pusieron las calabazas junto con piedras; cuando vieron que los liberales se iban acercando a la meseta por la subida de la loma, empujaron la barrera y cayeron piedras y calabazas que hirieron a muchos liberales y los hicieron rodar loma abajo. Esa batalla la ganaron los conservadores a punta de calabazas, y de ahí en adelante a las calabazas las empezaron a llamar victorias.
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