Foto: La Señora Paca Barón portadora de tradición.
En tiempo de cosecha de mazorca tierna, una de las arepas preferidas es la sarapa, sarapita de cariño. Es la trama de la jícara de cacao en agua al desayuno; a la media mañana acompaña al tinto, a las onces acompaña al guarapo y a la comida a la agua de panela aromatizada con anisillo. La preparación empieza desde la selección de las mazorcas que deben estar tiernas, no biches, la desgranada empieza por la cabeza para que salga sin tusa y al moler se recoge la leche para incorporarla después a la masa a la que se le agrega además sal y dulce al gusto y mantequilla derretida, en algunas familias le ponen un huevo batido para ligar la masa. Cuando la primera capa está dorada se le pone queso recién molido, luego la otra capa y se voltea, generalmente lo hacen con las manos mojadas con agua que mantienen en una olla al pie del fogón.
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